Si tienes problemas económicos, piensa en Dios.
Si tienes problemas amorosos, piensa en Dios.
Si tienes problemas de salud, piensa en Dios.
Si tienes alguno de estos problemas o algún otro y no estas pensando en Dios, es seguro que estés perpetuando el problema y haciéndolo más fuerte. !Piensa de nuevo. !Dios te bendice!
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